Como parte del panel que encabezó el lanzamiento del documento "Respuesta institucional ante el Acoso Sexual en la Universidad de Chile", el Decano de la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile, Prof. Dr. Jorge Gamonal Aravena, compartió el espíritu de la publicación y se comprometió a ser “un ferviente defensor de crear la unidad y tener mejores soluciones”, a esta problemática.
Encabezó el acto universitario, la Vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Prof. Faride Zerán; La Directora de la Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género, Carmen Andrade; el Prof. Claudio Nash, académico de la Facultad de Derecho y Coordinador General de la Cátedra de Derechos Humanos; Valentina Saavedra, Presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) y Cristina Tapia Presidenta de la Federación de Asociaciones de Funcionarios de la Universidad de Chile (FENAFUCH).
El Documento pretende “contribuir a visibilizar, a generar debate y a motivar acciones para abordar un problema presente en diversos espacios laborales y estudiantiles. Nos referimos al acoso sexual que expresa desigualdad de poder y afecta principalmente a las mujeres violando sus derechos elementales”.
La iniciativa se ha propuesto abrir la discusión entre la comunidad universitaria, crear un procedimiento coherente con el marco legal del país, generando protocolos ad hoc, entre otros.
El Decano Jorge Gamonal coincidió con la idea de “doble discurso”, mencionando por la Vicerrectora Zerán en la Introducción del documento, “sobre todo esto que expresa la desigualdad del poder, no ha sido abordado plenamente y tiene escasa visibilidad”. A juicio de la máxima autoridad de la Facultad de Odontología, “la escasa visibilidad tiene que ver con la dificultad que a veces tenemos como institución en reconocer estos problemas que son complejos porque afectan o denigran a la Unidad, la Facultad y a la Universidad. Tiene escasa visibilidad porque tenemos miedo a reconocer que en nuestra institución hay acoso sexual”.
Un enemigo silencioso
“El acoso sexual es una conducta discriminatoria que atenta contra la dignidad de las personas, e impide el ejercicio de múltiples derechos. Ha sido reconocido por organismos internacionales como un problema de seguridad y de salud, pero principalmente como una manifestación de la discriminación de género y una forma de violencia contra las mujeres”, abrió los fuegos Carmen Andrade. Agregó que “el acoso no es neutral, no afecta por igual a los hombres y a las mujeres, si bien los hombres pueden ser objeto de acoso, lo que demuestran los estudios es que las mujeres están mucho más expuestas por la asimetría de poder que existen entre hombres y mujeres.
En el ámbito laboral, explicó Andrade, “se considera acoso el que una persona realice por cualquier medio requerimientos de carácter sexual no consentidos por quien los recibe y que amenacen o perjudiquen sus posibilidades de empleo”, conducta que se encuentra tipificada por la Ley 20005, del año 2005.
Según estudios del SERNAM, “un 12% de las trabajadoras chilenas había sufrido acoso, lo más paradojal es que el 28% de las trabajadoras que habían sufrido acoso debieron abandonar su trabajo. Si bien las denuncias presentadas en la Dirección del Trabajo han ido en aumento desde que se aprobó la Ley, estas siguen siendo escasas”, las razones que las mujeres aluden es la dificultad de probarlo, la vergüenza que esto reporta al comentarlo y que desconocen los procedimientos de denuncia.
Conocido este escenario, la Vicerrectora Faride Zerán abogó por una mirada política y políticas concretas que permitan detener el acoso sexual en la Casa de Bello. “Si somos un buen reflejo de lo que ocurre en el país, en la Chile también se cometen esos abusos, la idea es sacarlo de debajo de la alfombra, ponerlos sobre la mesa y mirar esos problemas y enfrentarlos. En ese sentido este documento es un aporte para la creación de políticas al respecto”.
Como autor del documento, el Prof. Claudio Nash aplaudió el “acto de valentía de mirarnos institucionalmente para hacer el cruce bajo la lógica de mirar este problema bajo un enfoque de derechos humanos, un acierto de las autoridades, porque es nos obliga a observarlo de una manera distinta, ver que esto del acoso sexual es una forma de violencia que genera discriminación y esas discriminaciones afectan derechos y derechos que en el ámbito educacional son claves y que afectan de una manera desproporcionada a las mujeres al interior de la Universidad”. Luego, lo que viene es hacerse cargo y “preguntar qué medidas efectivas estamos obligados a tomar como una institución pública y eso implica por lo tanto, mirar la normativa vigente, pero también las prácticas de aquello que no está escrito pero que constituye la realidad día a día”, enfatizó el Prof. Nash.
Un disco Pare
En representación del Personal de Colaboración de la Universidad de Chile, Cristina Tapia, asumió que la problemática termina en un drama en que la persona acosada termina alejándose de su trabajo o de su lugar de estudios. “Sabemos que el tema del acoso sexual es muy delicado, difícil de abordar y, más difícil aún, de probar, por eso las víctimas no lo denuncian, sienten vergüenza por no tener la prueba tangible que les permita demostrar lo que ha sucedido, y, muchas veces, temor a perder el trabajo”.
Frente a la sensación de impunidad de la víctima la FENAFUCH espera que el temor a denunciar disminuya y se generen los caminos adecuados para ello, en la medida en que se difundan las herramientas para evitar y enfrentar el acoso sexual. “Vemos en este libro un disco Pare, que diga cuidado, una enseñanza al acosador que le diga tenga cuidado con sus acciones, porque en la medida que haga un abuso puede ser sancionado o perder su trabajo por esta situación. La única forma de terminar con los abusos es con la sanción. Las autoridades deben asumir esta situación con mucho compromiso y responsabilidad porque detrás de cada persona acosada hay un ser humano que siente que su dignidad y autoestima está siendo perjudicada”.
Los pecados de la sociedad se reproducen en la Universidad
Un comienzo necesario es descorrer el velo de una institución de elite que reproduce la lógica de la sociedad, según afirmó desde la FECH, Valentina Saavedra. “En la Universidad también se reproducen estos mismos pecados de la sociedad, porque, finalmente, vivimos en una sociedad machista, donde la discriminación es un foco; y para poder enfrentarlo, lo primero es reconocerlo”.
Una violencia sistemática y contante, que es permitida y avalada, incluso el acoso sexual considerado “simpático, entre la sociedad chilena”, subrayó la dirigente estudiantil. No obstante, “el acoso sexual no es sólo una cuestión sexual sino que tiene que ver con relaciones de poder, con no sentirnos iguales, no sentirnos parte de una comunidad y sentir al otro como menos, como un individuo del cual uno puede abusar en cualquier tipo de medio” y esto se agudiza “instituciones donde, además, las relaciones no son horizontales sino jerárquicas”. Por ello, “tiene que haber un tipo de sanción como respuesta efectiva y como incentivo para generar una denuncia”, reiteró Valentina Saavedra.