Museo Nacional de Odontología:

Patrimonio y Memoria histórica-científica activa

Patrimonio y Memoria histórica-científica activa

Refundado a fines del año 2009, el Museo Nacional de Odontología, responde a la clasificación de Museo de Sitio, por cuanto contiene, protege y produce patrimonio histórico, “recupera y restaura el origen y desarrollo de la disciplina odontológica en el país, donde la característica relevante no es el edificio, sino la colección que el Museo alberga, siendo el patrimonio original, donde se inicia la disciplina odontológica”,

Custodio del patrimonio de la historia de la Odontología en Chile, el MNO se proyecta como “un espacio de rescate, conservación, investigación, y difusión de la realidad pasada y presente de la disciplina odontológica”. En una modalidad dinámica “se desarrolla - en coincidencia a los cambios científicos, técnicos y museográficos - como verdadero expositor de la diversidad, complejidad e importancia de la Odontología chilena. Transmisor activo y creativo - de valoración y conocimiento - a toda la sociedad entendida transversalmente; ampliando su sentido como lugar de conservación pasiva, hacia la generación activa de información y educación”, afirmó el Prof. César Leyton, historiador y curador del MNO.

Dentro de su quehacer, el MNO se ha propuesto “satisfacer demandas sociales, apoyar la educación y formación histórica de la sociedad, rescatar, preservar, y comunicar el patrimonio, tareas que materializa, no solo desde el ejercicio de una museografía tradicional, sino que en el desarrollo de una actividad experimental que permite establecer cruces disciplinares que expandan los campos de investigación y producción, tanto en la activación de nuevas formas de exhibición, como en el desarrollo de contenidos y formatos editoriales que permitan ampliar y diversificar las audiencias y grupos lectores, por sobre los límites disciplinares”.

Como museo universitario, “forma parte de la Red Patrimonial que dirige el Archivo Central de nuestra Casa de estudios y ha desarrollado su proyecto curatorial, en diálogo y colaboración, con diversos grupos de investigación de carácter regional, nacional e internacional, entre ellos destacan el Archivo Andrés Bello (Red de Patrimonio) de la Universidad de Chile; el Laboratorio de Prácticas Sociales y Subjetividad  (LAPSOS); Grupo de Estudio de Historia de la Ciencia (GEHC); Unidad Patrimonial del Ministerio de la Salud, y el Centro de Investigaciones Científicas de España (CSIC)”, por mencionar algunos.

Hitos de la fundación de la Odontología en Chile

La celebración del Centenario de la Escuela Dental, el año 2011, permitió refundar el Museo Nacional de Odontología, antes Museo Odontológico y se inicia un proceso de investigación histórica de sus hitos fundacionales, tales como el primer caso de Odontología Legal en Chile (1909), Inauguración de la Primera Escuela Dental de Chile (1911); Fiesta del Cepillo de Dientes y Primer Congreso Dental Panamericano (1917), “los que presentan una fuerte impronta social de parte de la comunidad científica que funda la Odontología chilena y que la situó como una de las más progresistas de su época”.

A partir de su refundación, el MNO elaboró un  Plan Estratégico, en cuya primera etapa, “prioriza la puesta en valor de este patrimonio inmaterial de la Salud chilena a través de la actualización de estos hitos, con la realización de proyectos educativos en comunidades vulnerables; desarrollo de programas académicos de Historia de la Ciencia y de la Salud Pública en Chile: ejecución de Seminarios nacionales e internacionales; ciclos de cine y conversación con la comunidad; además del desarrollo de publicaciones impresas, audiovisuales y radiofónicas, destinadas a públicos diversos”.

La puesta en valor del patrimonio inmaterial, “ha ido acompañado del desarrollo de algunos ejercicios museográficos, de exhibición del patrimonio material con que cuenta el MNO y en el diseño de instancias que permitan desplegar los objetos y documentos patrimoniales”, describió el Prof. Leyton, tal fue el caso de la instalación de la exitosa presentación de MNO en XX Congreso Internacional de Radiología Oral y Máxilo Facial, en Santiago durante el año 2015.

Polo de Investigación Académica transdisciplinar

Asimismo, el Museo Nacional de Odontología “apoya permanentemente a investigadores independientes, académicos y estudiantes de diversas disciplinas de origen, como la Odontología, Ciencias Biomédicas, Historia, Arte, Ciencias Sociales, y Diseño, constituyendo al MNO como una plataforma de investigación y producción interdisciplinaria, donde se elaboran estrategias para la conformación de redes de colaboración en torno a la resolución de situaciones y problemas específicos”, destacó el Prof. Leyton.

En este sentido y durante estos años,  añadió el historiador, “se ha convocado a especialistas de áreas, tales como Educación,  Agronomía, Historia, Filosofía, Arquitectura, Diseño, Arte, Fotografía y realización audiovisual, para desarrollar procesos de investigación-acción y producción de contenidos, con quienes se ha materializado ideas e impulsado acciones, en función de recuperar espacios para el ejercicio comunitario”.

Del mismo modo, y en diálogo con estos investigadores, el MNO ha favorecido la creación, diseño y puesta en práctica de programas académicos de distinta complejidad, los que se han reflejado en el primer Diploma de Historia de la Salud Pública (siglos XIX y XX); Cursos de Formación General “Filosofía e Historia de la Ciencia”, que han buscado “dar a conocer y poner en cuestión, las bases socio-culturales del desarrollo científico y sus implicaciones en la vida humana y las comunidades que la establecen”.

Memoria histórico-científica activa

La recuperación de una memoria científica colectiva es esencial en la curatoría museográfica, puesto que “a pesar que la individualización de la profesión, participó de proyectos sociales de Salud generados por el Estado y las propias corporaciones odontológicas en su pasado institucional”, señaló el Prof. Leyton.

Tal es el caso de la Fiesta del Cepillo de dientes, proyecto pionero que incorpora la Odontología a la Educación pública del Estado. “Este hecho inicia el compromiso con las comunidades sociales insertas históricamente en los proyectos de Salud estatal; una Odontología Social con una historia que se consolida en la entrada al Seguro Obrero (1918); al primer Ministerio de Higiene y Salud Pública (1924) y a la red hospitalaria del Servicio Nacional de Salud (1950) y que hace comprender que las decisiones colectivas tuvieron un éxito muy importante en el siglo XX, y la fragmentación de estas, en políticas odontológicas neoliberales, han llevado a una regulación de mercado excluyente, frente a una población necesitada económicamente de medicalización y prevención frente a las patologías bucales”, advirtió el Prof. César Leyton.

Si bien los museos “fueron dispositivos ideológicos para controlar el pasado y resaltar a las elites políticas y científicas del Estado, hoy día, pretendemos democratizar el conocimiento hacia las comunidades locales y globales, la educación histórica que nos pueden enseñar esta nueva museografía, sobre las reivindicaciones de los movimientos sociales que dinamicen con acciones, una comunidad activa, organizada y participativa”, subrayó el curador del MNO. Además de democratizar el acceso a la institución, se lo debe hacer con “su contenido y metodología como tecnología y herramienta cultural, que establece estrategias para una nueva relación, entre pasado y presente, siendo útiles a las experiencias sociales y políticas de  las comunidades en expansión y desarrollo”.

La “alfabetización del pasado”, dijo el Prof. Leyton, debe romper “con los muros de la inmediatez, y constituir reflexiones profundas sobre las instituciones y sus imaginarios científicos y políticos, para abordar la historia de la ciencia como un ejercicio social, de construcción de una democracia territorial y comunitaria para todos. La tarea de democratizar el museo y colocarlo al servicio de la comunidad, para una sociedad más humana, digna y solidaria son los objetivos principales de una nueva institución museográfica, y como las corporaciones científicas deben apuntar a concretar este logro. Algo que el neoliberalismo nos está negando, al reducir el conocimiento en un objeto de consumo, privado, pasivo y acrítico, frente a las necesidades de las comunidades actuales, exigentes en  redes de conocimiento colectivas y en movimiento, y con una fuerte crítica sobre el origen de la información y la consistencia de los saberes circulantes”.

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