Proyecto Espero Leer encantó en Escuela Nueva Zelandia

Proyecto Espero Leer encantó en Escuela Nueva Zelandia

Como parte de su programación, Proyecto Lector de la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile, ESPERO LEER, compartió una jornada de cuenta cuentos con los niños y niñas de la Escuela Nueva Zelandia de la comuna de Independencia.

La mañana se llenó de la magia de los libros y los cuentos junto a Catalina Moya de Hilo Cuento y generó una atmósfera de gran intercambio de aprendizajes y fantasía entre los presentes.

La responsable del Proyecto ESPERO LEER, Dra. Madeleine Urzúa, académica del Instituto de Investigación en Ciencias Odontológicas (ICOD), manifestó que “uno de los requisitos de la adjudicación del Proyecto, es realizar una actividad de extensión, por lo que quisimos llevar esta actividad de cuenta cuentos a la Escuela Nueva Zelandia en nuestra comuna de Independencia, en esta época en que los niños ya están de vacaciones y están asistiendo en modalidad de escuela libre, no con el afán de alfabetizarlos, sino que disfruten el relato y la narración oral de cuentos e historias llenas de magia, colores y cariño. Compartimos con ellos la sorpresa y la magia de las palabras; además de despertar en ellos el gusto por los libros, para que conozcan mundos más allá de su escuela, comuna y país y se atrevan a soñar un futuro hermoso y justo. Quizá alguno se interese por leer en vacaciones después de esta actividad”.

Para la encargada del Centro de Recreación y Aprendizaje (CRA) de la Escuela Nueva Zelandia, Alejandra Flores, se trató de una iniciativa “genial, muy entretenido, los niños súper motivados y esperando que esto se repita más seguido”. Para la profesional la llegada con los niños y niñas “fue total, esto es lo que necesitamos día a día, involucrar más, enamorar a los niños con estas cosas, porque realmente es un recuerdo de una infancia que ya se pierde. Las felicito, muy lindo, muy lindo y totalmente entregados ustedes, así que muy feliz y espero verlas nuevamente acá”.

Como Educadora de Párvulos del Segundo Nivel de Transición, Nora Guerrero, valoró la estrategia como “fantástica, porque aplica varias formas de enseñar, de contar un cuento y hay harta expresión corporal donde se ocupa el oído, los sentidos, así que encantó, no lo había visto nunca para niños pequeños, había visto un cuenta cuento para adultos, pero no así para nuestros niños”.

De acuerdo a su experiencia, “siempre que se usan los sentidos y material diverso como el uso de voz, se logra centrar más la atención, se mantiene más tiempo motivados a los niños, entonces, no se pierde la concentración en el transcurso del cuento; de modo que fue una bonita forma, profesional, que yo nunca la había visto en párvulos”.

Giovanni Neira, encargado de Informática de la Escuela Nueva Zelandia y de la Escuela Luis Galdames, destacó la actividad del cuenta cuentos, “muy bonita y dinámica con los niños y niñas, muy participativo todo, muy envolvente, así que estuvo precioso”. Junto con destacar el profesionalismo y desplante de Catalina Moya, el profesional recalcó que, “al ver cómo interactúan los niños, uno se da cuenta fácilmente, que esto sí hace falta en los colegios, que es algo que debería estar siempre”.

Por su parte, Catalina Moya sostuvo que la experiencia de contar historias a un grupo heterogéneo de niños fue muy significativa. “La historia que les conté es Frederik, un título muy conocido a nivel mundial, del autor italiano Leo Lioni, y que se trata de un ratoncito que, junto a su familia, van recolectando provisiones para pasar el invierno. Quise llevar esta propuesta, porque se trató de una función en la biblioteca del colegio, donde teníamos a oportunidad de cautivar a los niñes, un poquito, con el placer de la lectura, a través del juego, de la experimentación con lo sensorial, poder atraer a los niños y las niñas hacia el mundo de la lectura”.

Por ello, la puesta en escena de Catalina Moya apunta a la diversión, que cruza con otros textos, entre ellos “Cómo saluda este animal”, “La ola” de Susi Li, y “Luchín”, canción de Víctor Jara, ilustrado por Raquel Echenique y editado por editorial LOM, y que entregó en versión de Kamishibai. “Lo pasamos súper bien, después, incluso, jugamos un rato con palomitas que es un juguete popular, así que fue realmente una experiencia muy significativa, lo pasé súper bien y creo que todos y todas lo pasaron muy bien. Los adultos que también estaban presentes, pudieron disfrutar y compartir en esta jornada”.

La Cuenta cuentos felicitó al Proyecto Espero Leer que, “sin duda, ha sido innovador en el contexto de salas de espera en la consulta odontológica donde, por lo general, hay susto, hay estrés de quienes se van a atender y, además, odontología pediátrica, entonces, ha sido muy bonito y reconfortante participar y compartir desde ese lugar”.

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